Nota N° 351
Enric Corbera nos enseña que la raiz de
nuestra enfermedad está ligada estrechamente a la desalineación de nuestro
pensar, sentir y hacer, o sea en nuestra no coherencia.
Por lo tanto él afirma que no es el
terapeuta el que cura, si no que uno mismo se cura al tomar conciencia de
que todo lo que le sucede a uno y sobretodo la enfermedad es el aviso de tu ser
interno de que has desviado tu camino, y de que esta en incoherencia
nuestro pensar, decir y hacer.
Cuando somos honestos
y coherentes no necesitamos explicarnos: nuestro comportamiento y actitud
hablan por nosotros. Es como la humildad. Los verdaderamente humildes no
alardean de ello sino que pasan desapercibidos. Lo mismo ocurre con la
coherencia.
Dice un refrán muy extendido: “Dime de
qué presumes y te diré de lo que careces”. Con frecuencia, los que más hablan
de lo que hacen son los que menos hacen. “Factum non verba” (hechos y no
palabras) que decían los antiguos latinos.
En definitiva, coherencia es: pensar,
sentir, hablar y actuar en el mismo sentido.
Y, ¿para qué ser coherentes?
Pues porque la congruencia entre
pensamiento y acción es imprescindible para alcanzar paz interior. Decir y
hacer de la misma manera nos ahorra muchas contradicciones y conflictos
internos con nosotros mismos y con los demás. Las personas coherentes son
consideradas auténticas y generan admiración, confianza y respeto. Como
sostenía Epicuro, no hay otro camino que sentir lo que se hace y hacer lo que
se siente.
El problema de vivir este valor es
que somos muy susceptibles y vulnerables a la influencia de las personas y las
circunstancias. En muchas ocasiones, por miedo, callamos; evitamos contradecir
la opinión equivocada de otros, o definitivamente, hacemos lo posible por
comportarnos de aquella manera que creemos nos provocará menos problemas. La
coherencia exige mantenernos firmes, aún a costa de nuestra posición, la
amistad o la opinión de otros.
Puede también suceder que actuando con
base en nuestras convicciones actuemos coherentemente bajo la premisa del “a
toda costa” porque “yo soy así, así pienso y así actúo”. Es cierto que la
coherencia exige esa firmeza, pero sin olvidar que debe ir acompañada de un
criterio bien formado para no caer en la obstinación. Por eso, siempre debemos
ser conscientes de que la coherencia, debe ser mostrada de manera flexible. Por
un lado tenemos que saber callar y ceder en cosas sin importancia; pero en
circunstancias en las que estén en juego principios o derechos, se tiene la
obligación de enfrentar la situación de forma coherente para evitar problemas
más tarde. Este es el motivo por el cual, la coherencia debe combinarse con el
ejercicio de la prudencia. Ha esto se le llama ACERTIVIDAD o comunicación
acertiva.
¿Qué necesitamos para ser
coherentes, conocimiento de los valores o voluntad de ejercerlos? En estricto
sentido, ambos. Voluntad para superar nuestro temor a ser “diferentes” con el
implícito deseo de ser mejores. Con el conocimiento, hacemos más firmes
nuestros principios, descubriendo su verdadero sentido y propósito, lo que nos
ayudará a ejercitarnos en su ejercicio y a vivirlos de manera natural.
Para la práctica y
vivencia del valor de la coherencia:
- Examina si tus
actitudes y palabras no cambian según el lugar y las personas con quien estés. Procura
que en todo lugar y momento se tenga la misma imagen y opinión de ti.
- Piensa en la
coherencia que exiges de los demás y si tú actúas y correspondes, al menos, en
la misma proporción.
- Cumple con tus
obligaciones o compromisos lo mejor que seas capaz.
- Considera que en
ocasiones puedes estar equivocado: escucha, reflexiona, infórmate y corrige tu
actitud si es necesario.
La experiencia
demuestra que nuestras decisiones son más firmes y vivimos con mayor
tranquilidad, al comportarnos de manera coherente. Esa coherencia aumentará
nuestro prestigio personal, profesional y moral, lo cual garantizará
incondicionalmente la estima, el respeto y la confianza de los demás.
Y para concluir, un
par de frases sobre coherencia:
“Cuando uno no vive
como piensa, acaba pensando como vive”. (Gabriel Marcel, filósofo y dramaturgo
francés).
“No le pidas peras al
olmo”. (Refranero español).
TALLERES, CURSOS,
ATENCIÓN PERSONALIZADA
silviam_leonardi@hotmail.com
grupo de facebook:
BACH SALUD Y BIENESTAR
OTROS TEMAS QUE
PODRÍAN INTERESARTE:
NOTA N° 96 - Flores de
Bach y los procesos de la mujer
http://www.floresconsentido.com.ar/notas/terapias-naturales/flores-de-bach/terapeutica/item/189-flores-de-bach-y-los-procesos-de-la-mujer
NOTA N° 325 -
Diagnóstico Vibracional
http://www.floresconsentido.com.ar/notas/armonizacion-integral/area-fisico-emocional/bio-energia/item/596-325-diagnostico-vibracional
NOTA N° 19 - Emociones
fijadas en el cuerpo físico.
http://www.floresconsentido.com.ar/notas/armonizacion-integral/area-fisico-emocional/cuerpo-y-emociones/item/133-emociones-fijadas-al-cuerpo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario