NOTA Nº 13
LOS SABORES
La Medicina tradicional China argumenta
que cada alimento tiene una correspondencia energética con los órganos del
cuerpo de acuerdo a su color, sabor y naturaleza (fría, tibia, caliente.)
La naturaleza de un alimento se puede
deducir por el efecto que causa en el organismo. Por ejemplo, comer un pedazo
de ají nos quema la garganta y nos puede inclusive hacer sudar, de allí
deducimos que su naturaleza es caliente, lo mismo pasaría con el ajo o el
jengibre. Un trozo de sandía o piña o un vaso de chicha morada nos refresca,
debido a que su naturaleza es fría. Existen alimentos con efectos más suaves,
tibios o frescos y otros con naturaleza neutra, es decir que no afectan la
temperatura del cuerpo.
En cuanto al sabor, se
distinguen cinco: dulce, salado, picante, amargo y ácido. Cada sabor tiene
correspondencia directa con los órganos del cuerpo:
el sabor dulce está relacionado con el
Bazo y el Estómago;
el sabor salado con Riñones y
Vejiga;
el picante con Pulmones e Intestino
Grueso;
el amargo con el Corazón e Intestino
Delgado
y el ácido con Hígado y Vesícula
Biliar.
Cada sabor tomado en moderada cantidad
tonifica el órgano relacionado y es beneficioso para todo el organismo pero si
se abusa de algún sabor en particular éste dañará los órganos en cuestión. Por
ejemplo: una cucharada pequeña de miel de abeja nos otorga energía, tonificando
Bazo y Estómago; ambos órganos promotores de energía según la Medicina
tradicional China. Un pedazo enorme de torta, en cambio, dañará a ambos órganos
evidenciando síntomas característicos como: mucosidades, humedad, pesadez,
hinchazón abdominal, etc
Hay alimentos que tienen más de un
sabor, por ejemplo la naranja es ácida y dulce, el aceite de ajonjolí es dulce
y amargo, la cúrcuma es picante y amarga, etc. Una dieta equilibrada deberá
contener todos los sabores, pero siempre debe predominar el sabor dulce
(cereales por ejemplo) ya que según la Medicina China, el Bazo y el Estómago
son el Centro Energético del organismo.
Según la MTCH también el color de los
alimentos está relacionado con los órganos.
Los alimentos rojos benefician al
corazón,
los blancos a los pulmones,
los verdes al hígado,
los muy oscuros y negros a los
riñones,
los amarillos y anaranjados al
bazo.
Veamos ahora cómo se manifiesta el
ciclo de control o explotación con los sabores representada por la estrella que
se forma en el centro del gráfico:
Picante: teniendo en cuenta los elementos, el Metal explota a
Madera disminuyendo sus actividades. El sabor picante controla las actividades
del Hígado. De hecho, cuando un individuo presenta una afección hepática no
soporta los alimentos de sabor picante.
Ácido: La Madera explota a Tierra. Un consumo excesivo de
ácido termina afectando a Estómago, produciendo úlceras. Del mismo modo,
individuos aquejados de debilidad en la mucosa gástrica no permiten el uso de
alimentos ácidos.
Dulce: La Tierra explota al Agua. El dulce ya se conoce
como el ladrón del calcio, con lo que un exceso de dulce termina afectado a las
funciones de Riñón, teniendo en cuenta que este órgano es el que se encarga del
buen funcionamiento de los huesos. “Todo lo que es bueno para el Bazo es malo
para el espinazo”. Los individuos muy obesos tienen problemas de sustento por
parte de los huesos con lo que no deben excederse en el consumo de dulces
Salado: El Agua explota a Fuego. El sabor salado aporta
electrolitos, retiene agua, y con ello aumenta la concentración de sodio en la
sangre y la retención de líquidos, con lo que el Corazón tiene que esforzarse
mucho más en hacer mover los líquidos y la sangre, aumenta la tensión arterial.
Amargo: El Fuego explota al
Metal. El sabor amargo tiene la característica de secar, de purgar el calor y
de secar la humedad, con lo que aquellos individuos que consumen mucho amargo,
terminan presentando un aspecto cutáneo reseco, arrugado y envejecido, pues el
buen estado de la piel depende directamente del buen funcionamiento de Pulmón.
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