NOTA N° 424
REFLEXOLOGÍA Y DIGITOPUNTURA, UNA NOTA
PARA QUE ENTIENDAS SUS BASES Y CONCEPTOS, CON UN AGREGADO, UNA PEQUEÑA GUÍA
PARA QUE TE HAGAS O LE HAGAS A ALGUIEN UN “RICO” MASAJE, IDEAL PARA EMPEZAR A
PRACTICAR ESTE FIN DE SEMANA
La digitopuntura es un tipo de masaje
oriental en el que los dedos ejercen presión sobre ciertos puntos particulares
del cuerpo, con el propósito de aliviar los dolores, la tensión y la fatiga,
así como los síntomas de algunas enfermedades.
La digitopuntura se aplica en alrededor
de 100 puntos de los 361 que poseen los 14 meridianos regulares de acupuntura.
La ciencia occidental ha demostrado algunos de los principios neuroquímicos del
mecanismo digitopuntural.
Aunque hasta el presente no existe un
modelo que explique el complicado modelo acupuntural desde un punto de vista
general, todos los investigadores coinciden en afirmar que la digitopuntura es
un método que se fundamenta en el balance de las energías bioeléctricas del
cuerpo, por lo que no sólo induce cambios de energía, sino que provoca a su
vez, cambios neurológicos, vasculares, químicos, musculares y otros.
La observación de una marcada
disminución del estrés y del dolor, luego del tratamiento de digitopuntura en
diferentes dolencias y enfermedades, así como un sustancial ahorro de
medicamentos anestésicos unido a su inocuidad, han sido ampliamente comprobados
en occidente.
La reflexología o reflexoterapia opera a
través de las zonas reflejas o puntos nerviosos interconectados con zonas
alejadas del cuerpo. Cada órgano del cuerpo tiene un punto preciso en el pie,
que es su reflejo y desde el cual puede ser estimulado. Como parte del arte de
la medicina, la reflexoterapia tiene gran valor tanto en la prevención, como en
el diagnóstico y tratamiento de las dolencias, cualquiera que sean sus causas y
manifestaciones. Su papel preventivo se explica porque equilibra la energía del
organismo y por lo tanto contribuye a evitar males posteriores.
Al presionar la zona refleja de un
órgano éste experimenta dolor o sensibilidad, mediante lo cual sabemos en forma
exacta. que órgano está funcionando correctamente y cuál tiene deficiencia,
alteración o bloqueo, lo cual se traduce en enfermedad, debido a la acumulación
de toxina y de tensiones.
Al efectuar el masaje a las zonas reflejas
en los pies se produce una activación, la que se traduce en una mayor
irrigación sanguínea, aumentando el transporte de un conjunto de sustancias
nutritivas, oxígeno, energía, hormonas; anticuerpos y contribuye a la
eliminación de las toxinas del organismo.
En lo psíquico y emocional, relaja al
enfermo y disminuye el stress; generalmente se produce una catarsis. La
reflexoterapia es una tratamiento no violento, al contrario, muy agradable.
Estimula el poder curativo latente en el cuerpo o "Natura medicatrix"
y se ajusta al mandato hipocrático de "Sanar sin dañar". No necesita
de aparatos sofisticados y caros. Se usan solamente las manos. Puede darse en
cualquier lugar. La reflexoterapia puede ser practicada por toda persona que
tenga interés en ayudarse y ayudar a los demás; pueden ser médicos, dentistas,
matronas, kinesiólogos, paramédicos, dueñas de casa, etc. La reflexoterapia no
es una panacea, no se debería dejar de consultar a un médico, si es necesario.
En 1913, el médico norteamericano,
William Fitzgerald, publicó un libro tituladoZone Therapy. En esta obra, el
cuerpo humano aparecía dividido en diez zonas longitudinales, cinco a cada
lado, que iban desde la cabeza hasta los dedos de las manos y los pies. El
doctor Fitzgerald localizó en estas zonas unos puntos muy precisos que eran
sumamente sensibles (e incluso dolorosos) cuando se les aplicaba una presión.
Sostuvo que presionando determinados puntos de los dedos de las manos y los
pies se podían aliviar los dolores de ciertas partes del cuerpo situadas en la
misma zona.
En los años treinta, Eunice Ingham,
fisioterapeuta norteamericana, combinó sus conocimientos de las técnicas terapéuticas
chinas, que emplean la presión y el masaje de ciertas áreas del organismo, con
el trabajo sobre las zonas del cuerpo del doctor Fitzgerald, y desarrolló una
técnica para la recuperación física que concentra la energía del cuerpo con
fines terapéuticos. Al aplicar esta técnica a sus pacientes, Ingham descubrió
que los pies respondían mejor que las manos al tratamiento, que tiene por
objeto una mejora global del funcionamiento del organismo. Con el tiempo trazó
mapas de los pies en los que aparecían las zonas y los puntos de presión de
todo el cuerpo. Antes de su muerte, acaecida en 1974, su infatigable trabajo y
entusiasmo se vieron recompensados al ser reconocida la reflexología, palabra
con la que se conoce la técnica que inventó, como una ciencia.
La terapia zonal, los masajes de los
pies, la reflexología y la digitopuntura trabajan con los mismos principios que
la acupuntura, la antigua terapia china que se basa en la creencia de que las
enfermedades son causadas por un desequilibrio de la energía. En la acupuntura,
determinados puntos del cuerpo son estimulados mediante agujas, de manera que
la energía bloqueada es liberada y dispersada.
En vez de emplear agujas, la
digitopuntura usa técnicas de presión con los dedos para deshacer los bloques
de energía y los depósitos de calcio que en situaciones de estrés se acumulan
en el tejido muscular. La presión con los dedos es un método simple, seguro y
extremadamente eficaz para relajar y liberar estos bloques.
En la actualidad, los reflexólogos
trabajan principalmente con los pies (y algunas veces con las manos y otros
puntos -meridianos- del cuerpo), aplicando una presión constante y profunda con
el pulgar o el índice sobre un área que comprende casi todo el pie y parte del
tobillo. Al localizar un punto sensible en el pie, el reflexólogo puede
determinar en qué parte del cuerpo existe un problema. Por regla general, la
intensidad del dolor está en relación directa con la magnitud y duración del
problema. Cuando se produce una mejoría de las funciones corporales, el punto
sensible del pie deja de doler.
La reflexología hace maravillas con los
pies. Puede utilizar técnica en usted mismo o trabajar en los pies de otra
persona. Puede hacerse en casa o en la oficina. Un rápido masaje de diez
minutos revitaliza el nivel de energía y le indica qué zonas del cuerpo no son
tan productivas como debieran serlo. El mapa de reflexología que se incluye en
este tema señala los diferentes puntos de los pies y los órganos que se
corresponden con ellos.
El masaje podal: cuando trabaje en sus
propios pies, siéntese en una postura cómoda, con el pie derecho apoyado sobre
la rodilla izquierda (puede empezar con el otro pie, si así lo desea). Si está
trabajando en los pies de otra persona, haga que se siente cómodamente en un sofá
o en el suelo, con las piernas estiradas y los pies rectos. Asegúrese de que
tanto usted como la otra persona están cómodos. Sostenga el pie con una mano y
utilice el pulgar o el índice de la otra para aplicar una presión constante,
haciendo un movimiento circular. Puede utilizar polvos de talco para absorber
la humedad de las manos y los pies. Comience aplicando la presión en la parte
superior, los lados, la punta y la parte inferior del dedo gordo. Trabaje la
planta del pie hasta llegar al talón.
Dé un masaje general a todo el pie,
masajeando con los pulgares, y note los puntos sensibles. Si se experimenta
dolor en un área determinada, es señal de que la zona correspondiente del
cuerpo no está funcionando de manera correcta y conviene corregir la anomalía
(consulte el mapa de reflexología para ver las zonas correspondientes).
Observe el rostro de la persona en cuyos
pies está trabajando para descubrir señales de dolor intenso o de simple
incomodidad. Reduzca la presión si hay mucho dolor, pero fíjese en los puntos
dolorosos. Cuando haya terminado de trabajar los dos pies, repita el masaje
brevemente, para liberar los nudos de los músculos. Si un punto resulta muy
doloroso, dé un masaje en el área circundante. Recuerde que hay que trabajar
suavemente. El masaje excesivo sobre estos puntos dolorosos puede ser
contraproducente y más perjudicial que beneficioso. Sin embargo, puede trabajar
estos puntos en la próxima sesión de masaje. Vuelva a los dedos del pie y
trabaje el resto del pie hacia el talón. A continuación, trabaje la parte
superior del pie. Mientras realiza el masaje, no olvide fijarse bien en los
puntos dolorosos. Puede acabar la sesión masajeando y frotando todo el pie y el
área del tobillo.
NOTA: Por razones higiénicas, lávese las
manos después de dar un masaje en los pies, aunque sean los suyos. Puede
regalar una sesión de reflexiología de diez minutos, media hora o más a un
amigo/a. O regalársela a usted mismo. Un buen masaje de pies pone una sonrisa
de oreja a oreja en el rostro de cualquier persona, tanto de la que lo da como
la que lo recibe
FUENTE: https://www.facebook.com/psicoeducadoresenred.
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